La Ribera del Marco
La ciudad de Cáceres debe tanto a la Ribera del Marco como
ésta a sus habitantes. Como en todo sistema bien integrado, unos
elementos sin otros no tendrían sentido. Pero para entender la
historia de Cáceres y los cacereños hay que conocer su Ribera,
la Rivera del Marco, del Rey, del Concejo o de La Madre,
como también se la conoce, y su entorno más próximo. Un legado
natural modelador del paisaje y del carácter de sus gentes donde
concurren pozos, molinos, puentes, pontones, pasaderas, norias,
acequias, fuentes y huertas; patrimonio emplazado en un lugar de
elevado interés geológico y habitado por una gran diversidad de
especies de fauna y flora ligadas a ambientes urbanos.
La existencia de este curso fluvial permitió sin duda la
instalación de los primeros pobladores y ha proporcionado desde
entonces los recursos necesarios para la vida en la ciudad que fue
originándose en torno a él. Es momento de agradecer, o al menos
reconocer a este arroyo de apenas 7 kilómetros como un
enclave de excepcional interés para su conservación y puesta en
valor, de manera que mediante su conocimiento podamos asegurar su
preservación y cuidado, para que nuestros descendientes puedan
disfrutar de este espacio como ya lo hicieran nuestros
antepasados.
La ciudad antigua de Cáceres constituye un privilegiado
conjunto monumental único en España donde se aúnan excelentes
muestras de arquitectura civil y religiosa de época renacentista,
pero también signos de poblamiento prehistórico, romano y árabe,
entre otras civilizaciones. Este conjunto bien conservado motivó
su declaración como Monumento Nacional en 1949, y como
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1986. La
ubicación de la ciudad, junto al Calerizo de Cáceres y en las
proximidades de la Rivera del Marco no es fortuita, de hecho,
responde a la necesidad de abastecimiento de agua de un núcleo
poblado que carece de río de cierta entidad, como sí ocurre en la
mayoría de las capitales de provincia del país.
El casco histórico, su ensanche, el Calerizo y la Rivera
constituyen un paisaje diverso donde huertas y edificios se
intercalan en un mosaico de colores y formas habitado por mujeres
y hombres junto a una elevada diversidad de fauna y flora. Dada la
facilidad de observación y el atractivo que el grupo de las aves
tiene en el público en general, y en un organizado sector del
turismo ornitológico en particular, se presentan en este Proyecto
los resultados del seguimiento de la avifauna más
representativa del lugar, acompañados de su correspondiente
metodología, descripción, imágenes para su identificación y
propuesta de rutas y lugares de interés para su observación
directa en campo.
Los edificios históricos del casco antiguo de Cáceres (iglesias,
palacios, castillos, casas) son los lugares elegidos por diversas
especies para ubicar sus nidos, mientras que otras más ribereñas
prefieren la proximidad de la Rivera del Marco para establecerse
y/o alimentarse.
La importancia ornitológica de la ciudad fue reconocida
legalmente con la designación del núcleo urbano como Zona de
Especial Protección para las Aves (ZEPA), figura de rango
europeo que identifica áreas de importancia para la conservación
de algunas especies. En Cáceres esta declaración se debe en buena
medida a la numerosa colonia de cernícalo primilla, una de
las especies más emblemáticas de la región.
Durante los primeros meses de realización de este trabajo ya se ha
registrado la presencia de 61 especies de avifauna, 48 de ellas
incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de
Extremadura (Decreto 37/2001). Dado el momento en el que nos
encontramos, época de mayor actividad biológica de la avifauna,
algunas especies migrarán para reproducirse en el norte de Europa,
pero otras vendrán a nuestra Ribera atraídas por las cálidas
temperaturas.
La catalogación de estas aves tiene como objetivo principal poner
en valor la fauna del lugar, darla a conocer a sus habitantes y
poner a disposición de guías y visitantes una herramienta sencilla
para su observación, identificación y disfrute. |